jueves, 22 de julio de 2010

El BEST SELLER


Toda la teoría del universo está dirigida infaliblemente hacia un solo individuo, y ése eres tú.


Walt Whitman.




Pareciera indicar que “El best seller” es el título de un disco de rock, o un cuento de terror de la colección escalofríos, o el nombre de un pueblo del sur de california. Ninguna de las anteriores es la correcta. Es una expresión inglesa denominada (“mejor vendido”) que surgió en los años veinte comenzando a designar al libro que, en determinado periodo de tiempo, había conseguido una mayor venta y difusión nacional o internacional.
Por otra parte ha coincidido frecuentemente con obras representativas de la cultura popular o de masas, de escasa calidad estética. De todas formas, una buena parte de los best seller contemporáneos ha llegado a hacerlo como consecuencia de una organizada promoción propagandística dirigida por las industrias editoriales que ha tenido en cuenta los gustos, exigencias de consumo y expectativas de un público de masas.
El cielo es el límite del Dr. Wayne W. Dyer es un libro de autoayuda y superación. La fotografía que aparece es una cometa con la cola atrapada de colores, arrastrada por un Dios árabe con gafas y capa similar al Capitán Centella. Es decir que llegar a hacer héroes nos da el crédito directo de pensar que alcanzaremos al superhombre.
Que equivocados podemos estarlo, si no lo logro Nietzsche con su enloquecida vida, menos lo va lograr un lector que cree que siguiendo la absurda comedia que le plantea un doctor le va cambiar su ánimo. Los lectores que leen esta clase de libros pasan entero, no mastican, no digieren pausadamente, se les olvida que existen libros más literarios y más profundos que encarnan la condición humana en un personaje. Pero el absurdo pretextó es que es el más vendido, el más económico, el que ha leído toda la familia. ¿Acaso el libro más comercial, es el más sabio? Lo juzgo que es el más burlesco donde el autor sabe como dar en el talón de Aquiles aquellos lectores débiles, hipersensibles, miedo a pensar o con pereza a pensar.


Decidiendo que sus imperfecciones, sus tentaciones, su violencia mental, se puede solucionar a través de un autor que llega como un espía para tragar toda la sensibilidad de un lector. Además es tan estúpido que lo canonizan, le siguen rellenando su avaricia, y el lector atiborra en su biblioteca kilos de basura, que con el tiempo se vuelven tan repulsivos que terminan regalándolos, abandonándolos en la silla del autobús, o cambiándolos por otra baratija en un mercado persa.
El best seller es la bestia del cielo, es el corazón más oscuro de Dios que se rie, vomita, orina al lector discapacitado para combatir la realidad.
Son libros que apestan, deponiendo en la mirada del lector un baúl de culpabilidad, te sientes culpable, menospreciado, impotente, torpe, te encierra, sin levantar la mirada de tu conciencia hacia el universo de una obra, como “Humano demasiado humano” de Federico Nietzsche que por excelencia te muestra otra forma de pensar, de actuar, de respirar, de caminar con firmeza pero llevando entre las palabras el látigo.
El best seller pretende en cada una de sus páginas transmutar al lector en un tratadista de moral práctica. Pero André Gide en su libro El inmoralista cose en nuestra lengua una frase que merece ser hilada para sepultar el cielo postizo de los best seller.
“Saber liberarse no es nada, lo arduo es saber ser libre”.
El cielo es el límite: Es una obra que enfatiza acerca de un sentido común para alcanzar la perfección, pero a la vez se contradice al pretender que las siete vías para llegar a la felicidad es seguir cada consejo que plantea el autor con sus 461 paginas de angustias, lamentaciones, autoflagelaciones que terminan en un tratado de paranoia, falsos maestros como lo es el Dr. Wayne W. Dyer.
Un signo de interrogación tras otro, formula preguntas tan simples con respuestas sin ningún análisis concreto. Carece de entusiasmo, de adicción hacia la lectura, las palabras son tan viejas y enfermas que sufren de incontinencia como su autor.
¿Pero que diferencia puede existir entre la biblia o el quijote de la mancha que son considerados best seller ya que son libros muy apetecidos, con los libros de autoayuda? La respuesta podría llegar hacer que poseen una gran estética visual, literaria, cultural, histórica, filosófica que arrasa por completo esa tragedia de autores de autoayuda vestidos de blanco, en un bosque saboreando entre sus sucios labios una manzana, sonriéndole a la cámara mientras el lector se debate entre la salvación o el abismo, invocando a su capitán centella para que lo salve con su motocicleta, trasladándolo como de un comic de infierno a otro de cielo, suponiendo que se han sanado sus perversiones, sus enfermedades, sus ansiedades, deseando huir de si mismo como si fuera un fugitivo.
Antes de involucrarse con los libros, hay que seleccionar con ojo avizor la profundidad, el oficio de la escritura, la magnitud de los pensamientos de los autores, para no caer entre la basura comercial de la superación que se disfraza de oveja entre miles de pieles de carnero.



Wilson Díaz.

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