lunes, 20 de septiembre de 2010

Nuevas incursiones

***Vahos de Mayo***


Una mañana brillante
Se filtró por las ventanas
De ojos todavía aborreciendo

Y me pregunté
De estos vahos de mayo
Si el día sería mejor
Que los que han pasado

Pero en ese momento
No obtuve respuesta
De ese día de mayo
Aunque mi pregunta se quedó

Por eso, vi a las sombras
De mi mente misteriosa
Sombras de tiempos que había visto
Sombras que había visto de lejos

Entendí que siempre fue
Los vahos de cambio
De perdidos resquicios
Que me llevó a la entrada.

Vi la imagen
De la tempestad de junio
Con su vuelta y calma
De perfume fragante

Pensé de la tempestad
Su avance angosto
Recorriendo distancia
De juventud, demasiado lejos

Y me encontré pensando
Al fin del día
Venga lo que venga
El sol disipara la penumbra

En los días cuando el rocío dulce destiló
De los pensamientos que pensé
Solo soñé de cuando los vahos de mayo
Oyó los elogios que canté



Sohrab Sepehri "bird"



***Para Tocar La Trompeta***

He vivido sin pecado
Sin explotar los defectos
Solamente he vivido
Para vivir perfecto

Hemos practicado
Para vidas contentas
Cantando sin gritar
Tocando la trompeta.

Se puede ganar
Ganar tanta plata
Que se puede bañar
Sin sentirse fallido

Pero solamente puedo dar
Lo que tengo
Y se lo puede sacar
Siempre cuando vengo

Pero nunca
Me va a dejar
El sonido lindo
La trompeta puede tocar

Para vivir la vida
Para soñar los sueños
Para tocar la trompeta
Primero hay que amar

Con amor se puede dar
Lo que se tiene adentro
En los sueños se puede encontrar
La dulce melodía
De la querida trompeta






***La Belleza***

La belleza es es tan simple
Como el árbol así como el mar
La belleza es un beso
Que en la racha se puede dar

Se puede tener todo
De la belleza de amor
Pero no se le parece bastante
A pesar de sentirse mejor

La belleza es aún la verdad
La belleza es dios
La belleza es la libertad
De sondar la voz.

Sreenath


Roderick McRae






POEMA 1



Somos un cielo azul

Cubierto en chocolate

Somos un mar inmenso de espinacas

Somos una sopa espesa de arracachas

Somos

El olor de un té caliente

De las fresas en la nevera y la papaya

Y cuando hacemos el amor

Somos

Como tinto en leche

Y cuando hacemos el amor

Somos

Un par de sardinas enlatadas

En un cuarto de queso fresco a orillas de tu ventana

Somos

En un rayito de sol

Papitas a la francesa

Y cuando pienso en todo eso

Me dan ganas de ir al baño y vomitarme

Con este sexo caliente que me acompaña siempre.







POEMA 2




Suave gota de rocío

Espuma del mar

Dulce anís de tu boca

Escarcha de los vientos

De tu lengua de tus pies

Arena en el aroma de tu sexo

En el vapor del agua

O en el sudor del desierto

Cuando llueve

Y te me subes por el pecho.


Sidarta Melo

martes, 7 de septiembre de 2010

FAENA DE APRENDÍZ

A ella, Black&Decker

La tetera enloquecida

Hierve en el fogón

Inventando burbujitas

Entre el humo

De previsores olores.

La radio sintoniza

Las voces que se ocultan

Entre el discurso.

Gesticulando las eléctricas

Propagandas del mes.

El cuello almidonado

De la camisa.

Hace su presencia

Arrugada

En la mesa.

Una estufa externa

Al arder

Junto al carbón.

Presiente la calentura

Disparatada de la plancha.

Seduciendo

Los amorfos hierros.

La tetera advierte

El pitazo

Del té.

Las manos

De aprendiz.

Amolda

Grados en rompecabezas.

Hacia la suela

Resbaladiza

De la rutina.

El golpe de vapor

Eructa frente

Al poema.

El alisado plancha

Las palabras

Que intentan pervivir

Bajo el guardián del paño.

Nido agitador

De botones, hilos y costuras.

Se revelan

Del patético

Oficio de la casa.



Wilson Diaz

jueves, 26 de agosto de 2010

poemas On-line




Este ejercicio poético es el resultado de un proceso de escritura en donde la improvisación y las características propias de chatear, como la velocidad, la inmediatez, las relaciones virtuales, entran como nuevas posibilidades de creación; ha sido escrito a dos manos, en quince minutos, sin ningún tipo de corrección.



Este trago,
Maquiavelico y sonoro
por esas miradas que nunca fueron cama
ni césped
porque estabamos engañando nuestras heridas con alcohol barato
Este trago,
que beberemos desde viejos hasta la juventud
para saberlo todo diez años y no poder decirlo
y callar el resto hasta llenarse de cáncer
para recordar lo que siempre olvidaremos
mañana nos veremos a los ojos
nuevamente.



lunes, 23 de agosto de 2010

Nuevas Incursiones






sábado 4 de Septiembre, 6: 00 P.m.

Biblioteca pública Francisco José de Caldas.

Suba.

jueves, 12 de agosto de 2010

Carta a García.


Autor: Elbert Hubbard.



Una carta definitoria es llevada por quíen sabe qué rutas indómitas, selváticas, que atraviezan la isla de Cuba, hasta las manos del General Calixto García, el cual nadie sabe exactamente donde se ubica. El hombre que emprende este relato es impulsado por la idea de su hijo, que le dice “que el héroe verdadero de la guerra de independencia de Cuba había sido Rowan” Solo este ser heroico tiene la capacidad de tomar la iniciativa, de no preguntar ¿Dónde está Garcia? Ni hacer “preguntas estúpidas”. Rowan emprende este cometido sin miramiento alguno, solo con el objetivo, solicitado por el presidente Norteamericano Mckinley, de llevar la carta a García.

Este fenómeno popular del género epistolar, data del año 1899, y aún persiste en el imaginario colectivo de una manera enigmática y eficaz. Afín a ciertas practicas oficiales y burocráticas, se ha introducido con pretensiones pedagógicas en instituciones técnicas y militares , ya que se trata de un texto anónimo masificado sin relevancia en el mundo de la gran literatura y de una ideologia marcadamente Burguesa, que tiene como fin la supervivencia de su mito.

Cuando Diego Cifuentes, joven trabajador en el sistema trasmilenio, prestó su servicio en la policia, en el modulo introductorio los distribuyeron en grupos de tres y un sargento les entregó fotocopiada, la carta a García, para sacar las ideas principales. Al incorporarse laboralmente al sistema transmilenio, tambien leyeron la carta a garcía, llevandola al teatro repetidas veces, Camilo representó el papel del presidente de Norteamérica, encomendando la misión a Rodwan de enviar una carta y recibiendo la carta que le enviaba García. Del contenido de la carta, me dice, no se sabe nada, porque se trataba simplemente de un sobre de utileria sin ningún contenido, vacío en su interior. Así como el sobre de la obra de teatro, el objetivo principal de este texto en apariencia filantrópico, es precisamente mantener la mente de los posibles aspirantes a ser “Rowan” en una vaciedad construida para cierta sensibilidad sin conciencia, sin distanciamiento crítico, que absorberá las ordenes del jefe prestamente, como unica posibilidad de llenarse de algo.

Que la carta era una orden de impedir la entrada a la capital de las tropas insurgentes de García, y que su respuesta era una negativa rotunda hacia el presidente Mckinley de aceptar la retirada, de eso, Rowan o nuestro neófito actor nunca se van a enterar, porque así como el contenido de la carta está vaciado de historia, ellos también corren por Cuba o por sus espacios cotidianos, sin memoria, reducidos al puro gesto.

BIzarro

jueves, 22 de julio de 2010

El BEST SELLER


Toda la teoría del universo está dirigida infaliblemente hacia un solo individuo, y ése eres tú.


Walt Whitman.




Pareciera indicar que “El best seller” es el título de un disco de rock, o un cuento de terror de la colección escalofríos, o el nombre de un pueblo del sur de california. Ninguna de las anteriores es la correcta. Es una expresión inglesa denominada (“mejor vendido”) que surgió en los años veinte comenzando a designar al libro que, en determinado periodo de tiempo, había conseguido una mayor venta y difusión nacional o internacional.
Por otra parte ha coincidido frecuentemente con obras representativas de la cultura popular o de masas, de escasa calidad estética. De todas formas, una buena parte de los best seller contemporáneos ha llegado a hacerlo como consecuencia de una organizada promoción propagandística dirigida por las industrias editoriales que ha tenido en cuenta los gustos, exigencias de consumo y expectativas de un público de masas.
El cielo es el límite del Dr. Wayne W. Dyer es un libro de autoayuda y superación. La fotografía que aparece es una cometa con la cola atrapada de colores, arrastrada por un Dios árabe con gafas y capa similar al Capitán Centella. Es decir que llegar a hacer héroes nos da el crédito directo de pensar que alcanzaremos al superhombre.
Que equivocados podemos estarlo, si no lo logro Nietzsche con su enloquecida vida, menos lo va lograr un lector que cree que siguiendo la absurda comedia que le plantea un doctor le va cambiar su ánimo. Los lectores que leen esta clase de libros pasan entero, no mastican, no digieren pausadamente, se les olvida que existen libros más literarios y más profundos que encarnan la condición humana en un personaje. Pero el absurdo pretextó es que es el más vendido, el más económico, el que ha leído toda la familia. ¿Acaso el libro más comercial, es el más sabio? Lo juzgo que es el más burlesco donde el autor sabe como dar en el talón de Aquiles aquellos lectores débiles, hipersensibles, miedo a pensar o con pereza a pensar.


Decidiendo que sus imperfecciones, sus tentaciones, su violencia mental, se puede solucionar a través de un autor que llega como un espía para tragar toda la sensibilidad de un lector. Además es tan estúpido que lo canonizan, le siguen rellenando su avaricia, y el lector atiborra en su biblioteca kilos de basura, que con el tiempo se vuelven tan repulsivos que terminan regalándolos, abandonándolos en la silla del autobús, o cambiándolos por otra baratija en un mercado persa.
El best seller es la bestia del cielo, es el corazón más oscuro de Dios que se rie, vomita, orina al lector discapacitado para combatir la realidad.
Son libros que apestan, deponiendo en la mirada del lector un baúl de culpabilidad, te sientes culpable, menospreciado, impotente, torpe, te encierra, sin levantar la mirada de tu conciencia hacia el universo de una obra, como “Humano demasiado humano” de Federico Nietzsche que por excelencia te muestra otra forma de pensar, de actuar, de respirar, de caminar con firmeza pero llevando entre las palabras el látigo.
El best seller pretende en cada una de sus páginas transmutar al lector en un tratadista de moral práctica. Pero André Gide en su libro El inmoralista cose en nuestra lengua una frase que merece ser hilada para sepultar el cielo postizo de los best seller.
“Saber liberarse no es nada, lo arduo es saber ser libre”.
El cielo es el límite: Es una obra que enfatiza acerca de un sentido común para alcanzar la perfección, pero a la vez se contradice al pretender que las siete vías para llegar a la felicidad es seguir cada consejo que plantea el autor con sus 461 paginas de angustias, lamentaciones, autoflagelaciones que terminan en un tratado de paranoia, falsos maestros como lo es el Dr. Wayne W. Dyer.
Un signo de interrogación tras otro, formula preguntas tan simples con respuestas sin ningún análisis concreto. Carece de entusiasmo, de adicción hacia la lectura, las palabras son tan viejas y enfermas que sufren de incontinencia como su autor.
¿Pero que diferencia puede existir entre la biblia o el quijote de la mancha que son considerados best seller ya que son libros muy apetecidos, con los libros de autoayuda? La respuesta podría llegar hacer que poseen una gran estética visual, literaria, cultural, histórica, filosófica que arrasa por completo esa tragedia de autores de autoayuda vestidos de blanco, en un bosque saboreando entre sus sucios labios una manzana, sonriéndole a la cámara mientras el lector se debate entre la salvación o el abismo, invocando a su capitán centella para que lo salve con su motocicleta, trasladándolo como de un comic de infierno a otro de cielo, suponiendo que se han sanado sus perversiones, sus enfermedades, sus ansiedades, deseando huir de si mismo como si fuera un fugitivo.
Antes de involucrarse con los libros, hay que seleccionar con ojo avizor la profundidad, el oficio de la escritura, la magnitud de los pensamientos de los autores, para no caer entre la basura comercial de la superación que se disfraza de oveja entre miles de pieles de carnero.



Wilson Díaz.

sábado, 27 de febrero de 2010

_________Apuntes de la parca___________

A pasos corta

Por Yesidt Pabuence.

la muerte como el gran misterio de la vida, nos acecha sin respiración en el momento indicado y nosotros a su vez la acechamos en el instante menos deseado. Nadie la conoce pero ella sí sabe de nosotros. ¿Acaso qué es la vida, la que se cambia o se vende, la que mañana será y pasado se niega? ¿Quién eres tú en la mirada del asesino?
En las siguientes historias podríamos despertar en el pensamiento del asesino, o en los pasos de la víctima. Nos mantenemos al margen juzgar los hechos ocurridos en las diferentes historias, pero sin olvidar que somos parte de ellas.


Lágrima en el péndulo

Aprieto los ojos
atraganto el dedo
y vomito

La mirona se soba los pies
desde el retrete ríe cuando estornudo
La soledad
Ese dolor oculto en la piel
aparece en el eco de los recuerdos

Es otra forma de morir
de permanecer aquí
adentro
ausente
ajeno de Dios

Ahora un leve quejido
Después de todo
quién puede remediar
el veneno de un viejo amor.

________Violent books_________

Seis Tumbas En Múnich

Mario Puzo

Novela.

Un vistazo en un morboso rótulo del club nocturno más de moda en Hamburgo y una Walther con silenciador calibre 9mm, la misma que acarició James Bond conocido también como el agente 007 se convertirá en la compañía más fiel y letal que tiene un asesino.

Del asesinato considerado como una de las bellas artes de Thomas De Quincey, este libro es la tensión más oscura y psicológica que debe saber un asesino. Rogan, el protagonista de esta novela lo sabe y a su vez lo lleva a la práctica. De torturado se transforma en torturador profesional. Las obsesiones íntimas, el dominio físico y filosófico en cada movimiento son estrategias que va elaborando a través de cada uno de sus asesinatos, el lector se obliga a seguirle la pista a cada tinta de sangre que se va desgranando en sus víctimas.

La mirada en la venganza se precipita en una búsqueda en clave descifrando la posición de la víctima y el victimario. Una tregua femenina se va incrustando con delicadeza en la vida de Rogan, pero a su vez es también la sombra que conoce sus debilidades y sus miedos.

Esta gran novela policiaca escrita originalmente por el autor de la saga de El Padrino, bajo el seudónimo de Mario Cleri nos transporta a la atmósfera sórdida del espionaje de los años cuarenta. Michael Rogan ingresa a la Sección de Inteligencia del Ejército Americano, poco después de casarse con Christine. Su misión secreta es el desciframiento de mensajes. Pero por un error fatal cae, junto a Christine en manos de la Gestapo para acabar en el Palacio de Justicia de Múnich asediado por siete verdugos que lo interrogan para que revele las claves de los códigos americanos. Diez años después, en 1955 dará comienzo a su despiadada cacería.


Wilson Díaz

martes, 23 de febrero de 2010

___________Cuentos de serie B___________

Tilo y Anny


Cerró la puerta con el mayor cuidado, metió las llaves en uno de sus bolsillos y comenzó a pasos lentos, rozando los ladrillos del piso, intentando en el fondo ser un ciudadano normal.

Sus pasos mecánicos lo llevaron al parque, atravesó sus puertas con una sonrisa inocente que imploraba alguien recibiera, más no sería por mucho; un paso más para descubrir el grupo de abuelos que rodeaban el parque -¡Qué estúpido!- pensó -ancianos en un parque- , suficiente para mutar su cara hasta no creer que podía sonreír con el mismo aliento que lo hacía odiar.

Siguió caminando con desánimo cuando encontró que su silla estaba ocupada por una pequeña figura: cabellos negros, con rizos que parecían un infinito oleaje, hebillas azules a cada lado de las sienes, no tendría que acercarse para ver su negra piel liza, que abajo se transformaba en el rojo de su vestido, que ajustaba todo su cuerpo, dejándole ver las formas prohibidas, que lo hicieron llevarse los dedos a la boca para lamerlos: -cinco años-, balbuceó intranquilo.

Giró entonces y con pasos largos dio una vuelta al parque, fijándose en cada persona que allí estaba, procuró sin embargo no detenerse a mirar a nadie. Luego caminó hacia la silla y se detuvo frente a esta:

-¿Puedo sentarme?

-Sí, sí señor.

Curvó su boca gentil pero miró rápidamente al suelo esquivando así los ojos de la niña, que tenía sobre aquella silla ollitas, platicos y vasos, y dos muñecos que tenían un palito en sus manos, asemejando cubiertos.

-¿Es el Papá?

Y permitiéndole ver sus perfectos dientes de leche le dijo:

-Sí, es el Papá y ella es la Mamá, ¿si los ve? –Se están comiendo el desayuno porque él se va a trabajar y llega hasta por la noche.

-¿Y la Mamá se queda o se va con él?

-No, se queda, no ve que se queda cuidándome, bueno –rió fuerte-, cuidando la hijita de ella.

-¿Y la hijita?

-¿Dónde está la hijita?

-¡Hay! Es que no la traje; Y no ve que si me voy me roban mis juguetes, por eso no la puedo traer.

-¿Luego vives muy lejos? Porque si no yo puedo cuidártelos.

-No, es allá mire, -Señaló con el dedo- por esas cuadritas de allá.

-Yo vivo en esa casa, la café, si la ves?

-Sí.

-Es más cerca y mi hija tiene muchas muñequitas que podrían ser la hijita, si quieres vamos y la escoges.

La niña lo miró seria y fijamente, enojada:

-Yo no voy con usted a ninguna parte.

Sintió que sus párpados cayeron pesados, como el frío que recorrió toda su piel por un segundo, y mirándola de nuevo, teniendo en su mente sólo la primera imagen de ella, le contestó un poco tarde, (imperceptiblemente tarde):

-No te preocupes, vamos que yo también necesito sacar un libro que se me olvidó traer. De paso compramos algo para la sed, ¿quieres?

Probablemente era este el instante que más temía, el de la victoria inconsciente, que desencadenaría el enorme miedo escondido; de los trayectos a la casa que estuviere ocupando cada vez; o peor aún, fracasar, despedirse amablemente en el mejor de los casos, (había niños que gritaban o lloraban alterados, y lo asustaban tanto que apenas podía huir).

-Bueno, vamos pero no nos demoramos porque me tengo que entrar.

-Sí. Tranquila.

Caminaron, llegaron a la casa, sacó las llaves de su bolsillo:

-Aaay, tan bonito el llavero, ¿me lo deja ver?

-Sí.

Entraron, le señaló una silla mientras cerraba, le dio el llavero:

-Voy por las muñecas.

-Mira, aquí están. Traje este jugo y mejor ahora compramos helado; tómatelo.

Salió de la casa a eso de las cinco. Al frente, en el parque, había dos motos y cuatro policías, y una señora gritando y llorando.

Caminó mucho, bebió mucho esa noche, les contó a sus compañeros de bebida que pronto se iría de la ciudad, qué lástima no haberles conocido antes, pero igual, él viajaba mucho.

Sacó el cadáver a eso de las tres de la mañana, volvió a entrar, y a las cuatro tomó un bus hacia la terminal de intermunicipales y compró un tiquete de vuelta a su pueblo.


Carolina Castro Bermúdez.



miércoles, 17 de febrero de 2010

Crónica Usmeña

Laura cuenta hasta cero, desde cien.

Por Alexander Ramírez.

Un movimiento mal calculado es la antesala a una serie de acontecimientos donde ya no puedes echar el tiempo atrás: Andrés León fue asesinado junto al barrio Nebraska, localidad de Usme, en una serie de escaleras que comunican la avenida caracas con el barrio, oculto parcialmente por el centro comercial Altavista y el supermercado Éxito. Por ese agujero negro pasaba Andrés con dos amigos para recoger a su hermana Leidy, para cubrirla: llegar al Éxito con vida. Dos jóvenes más suben a la distancia. Alfil 2 a peón 5…


Andrés no gustaba del ajedrez, gustaba de jugar a las escondidas y al rejito quemado, jugaba con un parche largo, entre ellos Roque, Maira y Laura, una mujer futura madre de familia, que ha querido compartir esta historia conmigo.

A Laura la han rodeado las historias trágicas de sus amigos desde muy joven, ha sido testigo de la desidia y la impunidad en un barrio ubicado en los cerros orientales, en la localidad de Usme, donde ha vivido desde niña, donde la mayoría de sus habitantes permanecen porque han luchado por hacerse un lugar digno donde vivir, donde echar raíces y formar comunidad. Historias como la de Roque, al que el hermano se le tiró por un barranco y él no lo pudo soportar, meses después apareció envenenado con una infusión voluntaria, o Pedro Luis Balbuena, muerto a puñaladas en el barrio la Fiscala hace apenas una semana, todo por unos fósforos. No alcanzó a salvar patria, y la patria no lo hizo por él. Yo ando al lado de Laura todos los días y me hago a la idea de no temerle a la muerte, porque nunca me ha tocado cerca, porque voy a los velorios simplemente para hacer visita, por eso no voy, y no me aflijo, la procesión va por dentro. Laura, Roque, Andrés…

-Matemos a este mariguanero- dijeron los dos jóvenes, uno de ellos armado, que sin otro motivo (si se le puede llamar así) emprendieron contra Andrés y sus dos amigos, Tacuma y Chico. Pero Andrés no era ningún marihuanero, estaba por terminar su carrera universitaria en la UNAD. Los tres amigos corrieron, no estaban jugando rejito quemado: Chico, como presintiendo la trayectoria, sintiendo el calor en su tejido muscular, se lanzó en un matorral al escuchar un balazo, corrió cuesta abajo sin parar, escuchando los disparos a su espalda. Pero Tacuma no tuvo ese presentimiento, tuvo una gran intuición, su sentido de supervivencia supo que algunos animales no atacan si su presa yace inmóvil, si parece haber muerto. Se Arrojó al pasto al recibir una bala en el brazo y no se movió, se volvió todo oídos, testigo auditivo de las imprecaciones injustas contra su compañero de caminos, de juegos interminables que a pesar de sus variaciones eran siempre los mismos.

-Lala, se murió Andrés.

Le dijeron a Laura y ella no lo creyó, pensó en otro Andrés, uno que no conocía o que en la cadena de malentendidos o circunstancias confundió u olvidó o no quería recordar, otro Andrés que no era su amigo desde chiquitos, uno de los miles de Andrés que pueden existir en Bogotá y conocerse en un instante cualquiera.

-Andrés, el hermano de las Aguepanelas-…ya no había duda.

Cuando el padre de Andrés se enteró, estaba detenido en la cárcel la picota por alimentos. Nadie sabía que él estaba en la cárcel. La demanda se la puso su hija cuando cumplió los dieciocho años, y la retiró para que su padre pudiera ir a la velación de Andrés, pero el proceso burocrático era muy lento para el ritmo de una velación. La carroza fúnebre, tres buses, 10 taxis y ocho carros particulares hacían parte de la procesión que llegó a las tres de la tarde a la cárcel la Picota. El padre de Andrés, conocido como Mac Gyver, lo sacaron de su celda esposado, caminó por pasillos hasta salir del claustro y llegar donde estaba la carroza. Tenía 10 minutos para ver el cuerpo de su hijo. Quedó arrodillado y llorando cuando se llevaron a Andrés. Si hubiera sido Mac Gyver, el personaje de la serie Norteamericana, hubiera podido deshacerse de las esposas, golpear a los guardas y disfrazarse de uno de ellos para finalmente salir dentro de la carroza, bien librado, sin un rasguño, poder compartir el dolor de su esposa, estar con Andrés hasta el último momento, con la insatisfacción de no poder devolverle la vida, a pesar de toda su destreza.

Son ya varios los amigos de Laura, que sin ser mencionados aquí, hacen parte de la gran lista de los jóvenes muertos en Usme por fenómenos como la delincuencia juvenil, la venganza entre pandillas, los falsos positivos o la limpieza social, fenómenos que no son aislados y recorren barrios, veredas, comunas y corregimientos a lo largo y ancho del país sin buscar una solución por parte del estado, pero encontrando acciones de resistencia y de organización por parte de sus habitantes, como el concierto dado el pasado19 de diciembre, en memoria de cuatro jóvenes muertos en la cancha de barrio Betania por grupos de limpieza social; concierto donde la música Hip hop reunió a más de cien jóvenes que como Laura no quieren ver que más amigos o familiares sigan desapareciendo. Cuando sale de su trabajo, Laura se preocupa de subir al barrio sin dar papaya, coger un carrito que la suba, ya que los alimentadores de Transmilenio no llegan hasta su casa, o se va acompañada de su amiga Maira, por una ruta, que aunque no es la más rápida, no es tan insegura; ahora se preocupa principalmente en su salud, para que su hijo nazca sano y pueda jugar a las escondidas con sus futuros amigos y un dia pueda decir:”un, dos, tres, por Andrés”.

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